Acoger a un estudiante internacional es una oportunidad fantástica para que hagáis un amigo de por vida. Los estudiantes compartirán con vosotros una nueva manera de ver el mundo, un nuevo idioma, cómo es la vida en su país de origen, sus tradiciones, su gastronomía y sus costumbres.
Si tenéis hijos pequeños, esta será una forma maravillosa para que aprendan que el mundo es grande y que no tiene fronteras, para que mejoren o conozcan otro idioma, o para que, a través de estos hermanos internacionales, pierdan el miedo a lo desconocido y a salir de casa.